Sería mucho más sencillo tomar el teléfono y marcar tu número que escribirte esta misiva. Sería más fácil si te animaras a contestar mis llamadas... pero no lo haces.
Luego de varias semanas sin saber de tí, sólo quiero decirte que son distintos los sentimientos y las ideas que pasan por mi cabeza. Es cierto que no fui todo lo que esperabas y lo siento. Me considero principal responsable de nuestra ruptura como pareja. No supe interpretar todas tus señales de esfuerzo por sacar adelante la relación.
Ok. Quizás no viene al caso que escriba estas líneas con tanto desfase pero llevo encima una carga pesada y no quiero seguir haciéndolo.
Anoche soñé contigo y en mi sueño aparecías mencionando el ímpetu con el que ibas a sacar adelante tu nueva relación. Me desperté asustado. Me aterra la idea de que me olvides tan rápido.
Guardo con recelo buenos recuerdos a tu lado, largas jornadas de ocio viendo televisión. Conservo también recuerdo de desencuentros pero con todo ello, el balance para mí es positivo.
No voy a mentirte y desearte que encuentres pronto otros brazos que te acojan ni otra boca que te bese. NO!
Deseo que la vida de vueltas rápido y nos acerque con mayor madurez. Así lo espero.
Gracias por leer estas líneas. Gracias por tu apoyo.
HA
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