A veces me siento a pensar, no necesariamente cuando estoy solo, sino cuando quiero o tengo que pensar sobre "algo". Usualmente ese "algo", a pesar de terminar en O, es femenino, es bonito y es complicado.
Digo complicado porque me sentí corto desde el primer día. No bastaba con hacer mucho porque siempre fue poco y no bastaba con hacer poco porque siempre era mucho, siempre -ya, está bien, no siempre, casi siempre- era inoportuno, inadecuado, malo.
Aquello que yo pensaba que era bonito terminaba siendo normal, pálido, insípido y aquello que para mí tenía el calificativo de vacío, ralo, tela, era lo que se necesitaba.
Siempre quize ser seguridad para tus pasos y terminaba siendo piedra en el zapato, siempre soporte, firme y sólido y terminaba en nada, triste y confundido.
Lo que para mí era blanco siempre fue negro y me acostumbré a tapar el sol con un dedo y, ahora, me doy cuenta que no se puede seguir siendo ciego.
Es una pena sentir todo esto, es una lástima no llegar a ningún puerto, es una lágrima mi sentimiento (hablo por mí porque ese "algo" no me dice nada) y, sin embargo, te qu...
Confieso que aporté muy poco, que no hice mucho y que fue un descalabro, un desastre y contribuí a que todo lo que mal empieza, ¿mal acaba? Mmmm, no lo sé, tampoco quiero saberlo.
Fue a través de este blog que algo le gustó a "algo" y -creo que- será a través de él que algo no le gustará también, que por fin sabremos lo que es bueno para ambos y que al fin podrá tener lo que tanto quizo siempre: alas, alas para volar. Te doy (daré) el gusto, te diré lo que quieres escuchar, lo que tanto deseas. De repente me dirás que estoy equivocado y entonces no reaccionaré como siempre pensé que reaccionaría cuando soñaba estas cosas: abrazos y caricias por doquier, simplemente te diré: gracias.
¿Algo más, caballero? Sólo una última cosa, señor, dígale que la qu... pero que yo hago las cosas una sola vez, aunque duela y que me disculpe (por n-ésima vez, ¿cuántas van? ¿2 mil veces, 3 mil?) por haber metido "algo" en el mismo saco de los algos, me quivoqué al pensar que sus gustos eran iguales, parecido a lo que yo había leído o conocido antes. Disculpa en serio, como siempre digo, no era mi intención.
Pitoniso en el Oráculo
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