(Find English version below)
Me parece que está en mi perfil de blogger pero si no, entonces vale la pena mencionar que soy chiclayano. Nací y crecí en Chiclayo, el distrito, la provincia, al norte del Perú.
¿A qué viene todo esto? En los últimos tiempos, más o menos en los últimos cuatro años, Chiclayo está venido a menos. Lo típico es criticar y culpar a las autoridades, finalmente elegidas por nosotros mismos. Lo menos típico es hacer un mea culpa, tomarse el tiempo para plantear una o varias soluciones al problema y actuar. Quizás sea lo menos típico justamente por esto último: actuar. Tomar acción.
Cuando vine a estudiar y tentar la oportunidad de una carrera internacional en Europa, en Holanda, siempre tuve en mente volver a Perú. Siendo sincero, en principio siempre pensaba volver a Lima; sin embargo, es a raíz de las noticias que vengo leyendo, pero sobre todo a raíz de un comentario que leí en la página de uno de los colectivos y movimientos cívicos que se han formado para salvar a Chiclayo, que quiero volver a Chiclayo. Pero no quiero volver solo.
Me explico. El comentario en mención decía que Chiclayo estaba así (entiéndase mal, en situación deplorable) por la desidia de sus ciudadanos. Ciudadanos que a fin de cuenta no son chiclayano, sino que migraron de otras provincias o regiones por cuestiones familiares o económicas pero cuyo amor por la ciudad es nulo, inexistente. Entonces fui a la estadísticas (me encantan los números y creo que la información que uno puede obtener de ellos es impresionantemente poderosa) y resulta que Chiclayano tiene un déficit en materia migratoria. En otras palabras, más gente sale de la que llega.
Ahora, para ponerme más trágico podría asumir que todos los que salen son chiclayanos y los que llegan, no. Pero para mantener la mesura, le daré el beneficio de la duda a las estadísticas y las veré como números fríos y pienso que si el déficit existe, entonces cada vez hay menos gente en Chiclayo. Si hay menos gente, también puede significar que los que se van lo hacen simplemente porque no les gusta o porque deben mudarse. Pero en resumidas cuentas, con menos gente en la ciudad, con menos gente chiclayana de verdad, las autoridades (las malas autoridades, o mejor dicho, malas personas con aspiraciones políticas) tienen el camino fácil para llegar a dirigir la ciudad y condenarla al sub-desarrollo, al continuo descalabro, al colapso de sus instalaciones y al saqueo de su tesorería. Eso me duele, me entristece.
Me da pena todo eso por el simple hecho de que viví en un Chiclayo bonito, soleado, amable y con gente atenta a ayudar a los locales y a los foráneos. Me da pena porque hoy tengo la oportunidad de vivir en una ciudad con la misma cantidad de habitantes y completamente diferente. Y entonces pienso. ¿Por qué? ¿Por qué Chiclayo no puede ponerse tan bonita en la medida de sus posibilidades? Y me respondo. No es por la gente. Es por la falta de interés de la gente. Entonces llego a mi siguiente punto.
La gente no tiene interés en la ciudad porque no son chiclayanos y los que lo son están levantando su voz de protesta y saliendo a las calles a manifestar su repudio, su desacuerdo y su molestia. Los felicito. Pero yo quiero tomar un camino distinto. Buscar la repatriación de chiclayanos. Tenemos tanta gente capaz que estoy seguro de que algunos querrán usar su talento y energía para dejar huella en la ciudad. Trabajar en recuperar la ciudad en el corto plazo pero también pensar en un horizonte de acá a veinte años, cuando la ciudad tenga más de un millón de habitantes y el parque automotor crezca al doble.
No es un proyecto sencillo. Recién estoy elaborando ideas pero quiero hacerlo. Si tengo éxito, bien. Si no, lo habré intentado. Habré trabajado porque mi vida deje una huella y no simplemente pase por este mundo buscando hacer dinero y tener un bonito auto en la puerta de una bonita casa. No quiero eso. Quiero que Chiclayo tenga bonitas casas, bonitas calles y bonitos parques y voy a encontrar a los chiclayanos que piensan igual.
No son aspiraciones políticas. Simplemente es la aspiración de hacer de mi ciudad una donde la gente esté a gusto y donde no haya déficit migratorio. A Chiclayo tiene que llegar la gente a quedarse y los que deban irse que sea porque su boleto de avión ya está reservado para seguir visitando el Perú.
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I am not sure if my blogger profile states it but if not, then it is
important to mention I am chiclayano. Was born and grew up in Chiclayo,
district and province in the north of Peru.
Why do I mention this? During last months and years, around 4,
Chiclayo is not doing well. It is classic to critic and blame on authorities,
voted by us anyway. It is less classic to assume our stakes and take time to
think on one or more solutions for city’s problem and act. Perhaps this is less
classic due to last statement: to act.
When I came to study and try to start an international career in
Europe, in Netherlands, I had in mind to go back to Peru. Being honest, I
thought in Lima at the beginning; nevertheless, based on last news and mainly
because of a comment I read on a fan page from one of those Civic Associations
organized to help Chiclayo to solve its crisis, nowadays I want to go back to
Chiclayo. But not on my own.
I mean, that comment said that Chiclayo crisis (poor city
conditions) was caused but citizens’ carelessness. Citizens which are not
chiclayanos but migrated from other provinces or regions due to either family
or economic issues among others but have no love for my city. At all. Thus, I
took a look on statistics (I love numbers and believe they are a powerful tool
to come up with an outstanding decision making process) and realized that
Chiclayo has a migration deficit. It means, people who leave city outnumber
people who come over.
Now, to make it even worse, I could assume that all those leaving
are chiclayanos and those coming over, are not. But for the sake of being
objective, I won’t think on it and just read numbers as what they are: cold
figures. So it is a fact that every year there are less people in Chiclayo. If
there are less people, it might mean those moving out do so because they have
to or simply because don’t like the city. Whatever. In summary, with less
people, with less true chiclayanos, authorities (bad authorities, or bad people
with political desires) have an easier path to manage the city y take it to
under development, to continuous under performance, collapse of its infrastructure
and treasury manipulation. And that makes me unhappy. Hurts.
And it hurts because I used to live in a beautiful Chiclayo, sunny,
kind, where people aimed to help locals and foreigners. It makes me sad because
today I have a good chance to live in a city with same population and
completely different. And I think, why? Why cannot Chiclayo be as beautiful as
my current place? And I got an answer. It is
not due to its people. It is for people’s lack of interest on it. And I get to my next
point.
People have no interest on it because they are not chiclayanos and
those who are, are organizing to protest against authorities, and claiming for
a solution, stating their disagreement and anger. I admire them. But I would
like to take a different path. To look for return of chiclayanos, true ones. We
have very capable people and I am pretty sure many of them would like to spend
their talent and energy to improve life quality in our city, working on
recovering city’s healthy condition in the short term but also thinking on the
long run, when population reaches a million people and number of vehicles grows
exponentially.
It is definitely not an easy Project. I am just recently starting to
develop some ideas but I am willing to do it. If I am successful, great! If not, I did my best. I
would have worked to help my city to become a better one and not only thought
on making money, having a posh car in front of a posh house. Don’t want that. I
want Chiclayo has nice houses, nice streets and nice parks and I will find
chiclayanos who think alike.
It is not about political
desires. It is simple a wish to make my city one where people feel comfortable
and there is no such a migration deficit. People must come to Chiclayo to stay
for a long period of time, and if not, they leave because they need to continue
their trips around Peru.